Cada generación experimenta un evento que cambia drásticamente su estilo de vida, por lo que es necesario adaptarnos al entorno de ese momento.
Hace pocos años, los gustos de la generación conocida como Millennial comenzaron a modificar los diseños arquitectónicos. Igualmente vimos la implementación (el concepto nació en los 60’s) masiva de las oficinas abiertas u “open spaces” y su declive.
Las pandemias no son la excepción, pues ellas han cambiado la tecnología, sistemas constructivos y hasta nuestras costumbres. Por ejemplo, en los tiempos de la peste, donde la mano de obra en construcción había decaído, comenzamos a utilizar máquinas y tecnología para terminar proyectos, se realizaron mejoras en el sistema de alcantarillado y el sector médico comenzó a cambiar sus protocolos, por ende sus edificaciones.
Es importante investigar y medir como las actuales estándares de diseño han afectado al individuo con la implementación del confinamiento y la cuarentena, para entonces buscar opciones que en el futuro nos ayuden evitar la propagación de pandemias como la del COVID-19.
Es necesario comprender cuáles serían los elementos de mejora para la búsqueda de soluciones. Estoy segura que el futuro nos llevará a aplicar recomendaciones en nuestros diseños que ya son parte de la vida diaria para los habitantes del Oriente.
Las prácticas más comunes en el hogar son contar con un área en la entrada de la casa para hacer el cambio de zapatos, carteras o bolsos, abrigos o paraguas. Así evitamos que patógenos externos entren a nuestras casas.
En los comercios, colocaremos estaciones para jabones o geles, toallitas de limpieza y alfombras con productos desinfectantes para la limpieza de calzados y mantener la limpieza de áreas comunes de alto tráfico.
Por supuesto el uso de guantes y mascarillas será muy común, tanto para evitar contagios y como cortesía a los demás. Sin duda los saludos formales pasarán a ser distanciados como al estilo oriental.
Estas prácticas serán parte de nuestro estilo de vida, por ello es importante ir adaptando nuestros proyectos arquitectónicos y diseños de interiores. La adaptación incluirá la creatividad para adaptar estos nuevos requerimientos a los metrajes que manejamos en el mercado actual.
El diseñador debe involucrarse en esta búsqueda de soluciones, pues debemos buscar mejorar la calidad de vida de nuestras poblaciones como parte de nuestra contribución y responsabilidad ante la comunidad.
