agosto 26, 2019 Vanessa Kosmas

El diseño, el pote y la decisión.

La decisión de explorar este elemento nace de dos artículos que leí en la red; el primero sobre un residente de Inglaterra (por cierto, fisioterapista deportivo) el cual eliminó toda la vegetación de su jardín frontal y decide sembrar un prado de flores locales creando un paraíso para la vida silvestre y abejas. Creó una cuenta de Instagram nombrada @evening_gardener.

El segundo artículo que leí, fue el reportaje y cobertura de Prensa.com sobre el Mariposario Metropolitano donde Samuel Valdés Díaz habla sobre la importancia de plantar especies nativas en nuestros jardines, para que los insectos puedan alimentarse, contribuyendo a la polinización y ciclo natural.

Profesionalmente tuve dos episodios memorables en que tuve “ponerme las botas” con respecto a la escogencia de las especies de vegetación.

La primera fue cuando en un proyecto comercial, había queja de que los almendros desprendían hojas y que las aves ensuciaban los carros de los clientes. La solución de mi jefe era reemplazarlos por palmeras y ficus.

Mis argumentos para tratar de convencerlo eran que Panamá era un país tropical pero su vegetación no era desértica, por tanto la palmera no era representativo y que la especie de árbol ficus benjamina (árbol oficial de Bangkok, Tailandia) se usaba en hoteles de “ocasión” para crear resguardo; por ello no deberíamos considerarlos para ponerlos en los jardines que enmarcan el proyecto.

Debo admitir que tengo una mala relación con este árbol pues además de no contribuir a la flora y fauna, el mismo no cuenta con una forma definida por lo que requiere de poda lo cual crea un efecto artificial. En este caso, admito tuve una ganancia a medias, pues en el proyecto posterior hubo sectores que se plantaron esas especies y otras adicionales.

Poco tiempo después, dejo la compañía y me entero de que mi exjefe, el cual ha sido trasladado de país, irónicamente se certifica LEED (Leadership in Energy & Enviromental Design).

El segundo episodio es cuando acepto unirme a un proyecto que lleva mucho avance en construcción y está pre-certificandose LEED.

El proyecto se ubicó en una manzana en medio de la ciudad donde existía abundante vegetación y árboles, como el proyecto ocupaba toda la manzana, tenían el compromiso de reforestar otra zona.

Participé coordinando con el equipo de consultores el cumplimiento de los requisitos: Debíamos “vestir” unas enormes terrazas verdes en los pisos superiores. Esto requería que escogieramos vegetación local, por ello debíamos estudiar qué elemento utilizar para cubresuelos, arbustos, plantas con colorido y flores, además de verificar cuales se adaptarían a la cantidad de sol y agua de la zona.

El punto de conflicto surge al comparar las perspectivas e imágenes conceptuales que se presentaron ante los inversionistas y la vegetación que se estaba proponiendo. Honestamente era muy contrastante el concepto con lo propuesto (terracerías en grama con setos elaborados), por lo que había que ir preparando imágenes e ir convenciendolos por sectores de estos cambios.

Este tema de la vegetación local o nativa también me ha tocado de manera personal. Al igual que la mayoría de los panameños mis abuelos contaban con jardines en donde siempre existían especies de papos, camarón amarillo, lirios, hierba de limón, culantro, ají y hasta orquídeas.

Estos jardines implican convivir con insectos y vida silvestre, por lo que se debe contar con la asistencia del jardinero, fumigar periódicamente y el regado diario. La realidad es que nuestra generación en su gran mayoría vive en apartamentos con plantas en potes o cuenta con casas de pequeños jardines las cuales regularmente están cubiertas con grama.

En mi caso, tengo algunos potes. La mayoría de las plantas y flores me fueron donadas por mi madre y mi tío, pero hay una en particular la cual este año me sorprendió. La planta llegó en su pote, era de tallos largos y hojas muy verdes, casi un pequeño arbusto y lo ubiqué en el balcón principal.

Con el tiempo noté que las hojas desaparecen y que las que nacen en dos o tres días desaparecen también, solo quedan los tallos que se tornaron de verde a café. Por algún motivo esta planta le siguen saliendo tallos, pero aún no veo las hojas que pierde, también noto que mi perra se ubica en ese balcón desde muy temprano en las mañanas.

Mi sorpresa fue que había pequeños pajaritos que venían muy temprano y se llevaban las hojas pequeñas, son muy rápidos y precisos. Es entonces cuando reflexionas que pequeñas acciones como contar con una planta en pote, puede ayudar a las aves e insectos a preservar nuestro país.

Como diseñadores y habitantes de este país debemos comprender que es nuestra responsabilidad investigar cuales son las especies vegetales locales o nativas que podemos utilizar para nuestros proyectos y ambientes. Es importante, además, detener la incorporación de especies foráneas que inclusive llegan a ser predadoras como fue el caso de la Paja Canalera (saccharum spontaneum).

Recordemos que la vegetación además de brindar hábitat y sustento, ayuda a controlar la temperatura y mejora la salud mental. En Kosmas Design procuramos incluir la vegetación en nuestras propuestas, hacer las recomendaciones correspondientes y colaborar con los especialistas del campo para poder presentarles a nuestros clientes soluciones atractivas y sostenibles.

No duden en contactarnos en nuestro correo info@kosmasdesign.com y con gusto les podemos presentar propuestas acordes con sus necesidades y presupuestos.

Referencias:

  • https://metro.co.uk/2019/07/01/amateur-gardener-rips-lawn-creates-wildflower-meadow-outside-front-door-10095288/
  • https://mariposariometropolitano.com/
  • https://new.usgbc.org/leed
  • http://agrociencia-panama.blogspot.com/2008/11/investigacion-sobre-el-origen-de-la.html

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