agosto 19, 2019 Vanessa Kosmas

Mason Jar y la Tinaja

Panamá ha experimentado en este primer semestre dos temas que han forzado a la mayoría de la población en concientizarnos tanto con nuestro ambiente como con nuestro vecino.
Lo primero es la puesta en efecto de la eliminación de las bolsas plásticas en almacenes y supermercados. El segundo fue el lamentable suceso por el tema de un escape de gas doméstico, el cual creó un pánico general del cual deriva en que como comunidad y vecinos revisemos más a conciencia la seguridad de nuestro ambiente.
¿Cómo se relacionan estos dos temas en la convivencia y en el diseño de edificaciones existentes?
Para ello les comparto mi reciente experiencia. En un edificio residencial con menos de doce pisos, se había establecido por mayoría, colocar recipientes de basura en la escalera de escape; siempre advirtiendo que esto no era permitido por los bomberos ya que obstruía la evacuación. Desde el año anterior ya se había evaluado y determinado hacer la corrección; eliminar los recipientes y cumplir con los temas de evacuación. Pero trajo inconvenientes en la costumbre de los inquilinos, que ahora debían bajar a planta baja sus desechos; similar a tener que acostumbrarse a llevar sus bolsas al hacer mercado. El edificio que cuenta con aproximadamente diez años de construido y por su tamaño, no cuenta con un área de almacenaje de desechos por piso, chuta o espacio para clasificación por reciclaje. Esta nueva adaptación, como cualquier cambio tuvo algo de resistencia; hubiese sido ideal aprovechar la oportunidad para discutir como comunidad buscar formas de reducir la basura que se produce.
Casualmente al momento que surgió este tema, yo había leído artículos sobre el «Mason Jar Challenge»: La basura que un apartamento o casa produce en un año debía caber en ese recipiente. Las personas que aceptaron este reto en su mayoría habían reducido la producción de sus desechos, y muchos de ellos afirmaron que a pesar de sus esfuerzos sus desechos no cabían en el recipiente. Comentaron que un factor que les dificulto la tarea fue que sus edificios y ciudades no cuentan con un sistema eficiente de clasificación para reciclaje.
Analice la basura que produce mi casa. Tengo 3 recipientes, uno para la basura general, cartones/Tetrapak y plásticos. Saco dos veces por semana la basura general, pero la bolsa solo se llena por la mitad y una pequeña, en caso de que se haya consumido bebidas en lata (la cual siempre es recogida aparte por los recolectores). Me di cuenta de que sin esfuerzo producía poca basura, solo al sacar los plásticos de la ecuación, que incluye botellas de detergente, shampoo, empaques de comida, etc. Los cartones de medicina, pasta de dientes, gelatina, tubos de papel y otros artículos se doblan y caben en un espacio reducido. Estos reciclables no producen olor y algunos como las botellas solo necesitan un rápido enjuague. He identificado los supermercados y “puntos limpios” cerca de mi casa donde los llevo a reciclar una vez al mes (regularmente fines de semana).
Igualmente comencé a observar la basura que se acumula en la tinaquera general de mi edificio. Con la simple inspección pude observar que las bolsas están cargadas de botellas de plásticos (especialmente de detergentes y limpiadores), había gran cantidad de cartones de cajetas (posiblemente de supermercado) y muchas bolsitas pequeñas.
Esto te hace reflexionar que el problema es la concientización de la comunidad. Hice el ejercicio de identificar a que distancia estaban los “puntos limpios” y supermercados donde podíamos reciclar; la distancia más cercana era 450 m, encontré tres puntos entre los 750 m y 800 m y como más lejanos 1.1 km y 1.3 km.
Admito que hay elementos como electrónicos y vidrio que cuestan más trabajo encontrarlos cerca, pero es cuestión de almacenarlos hasta poder llevarlos o esperar las ferias de reciclajes en fin de semana. He visto como se desechan juguetes, ropa y artículos infantiles en un basurero de mi edificio, cuando podrían donarse en el hospital del niño (coordinando con alguna de las voluntarias). Ya existen almacenes que están recibiendo frascos de perfumes, baterías y tintas por lo que cada día se hacen más esfuerzos para reducir la basura que producimos.
Al buscar el título para esta nota, comencé a buscar la traducción de mason jar y al no encontrarla busqué tinaco. Popularmente siempre se dice que viene de la compañía Tin and Co. Por lo que me sorprendí al encontrar que tinaco en algunos países se refiere a una “tina pequeña de madera” o tinaja.
Como comunidad y vecinos debemos educarnos en el manejo de los desechos, clasificar y llevar los materiales reciclables a los centros de acopio. Como ciudadanos exigir que existan centros de acopio y recolección cercanos y eficientes. Los diseños deben incluir un espacio que garanticen un área de clasificación para reciclar cerca del contenedor principal. Finalmente, como individuo tratar de reducir nuestros desechos quepan en una tinaja.

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